Un día de los que teníamos psicomotricidad fuimos a «psico» y teníamos una gran sorpresa.
Al abrir la puerta vimos que teníamos unas baldosas en el suelo que eran mágicas: cuando las pisabas cambiaban de color. !No veáis que chulas eran!
También había un camino de espejos, unos espejos que podíamos pisar porque no se rompen. Todos nos asomábamos a vernos.
Fue una sesión muy divertida.
¡Y qué bien se lo pasaron!!! ¡Cómo se asombraban de ver que cambiaban las baldosas de color!