Si mezclamos chocolate en polvo con un poco de leche creamos una agradable “arena mágica”.
Con esta actividad además de desarrollar los sentidos (tacto, vista, olfato y gusto) y fomentar la creatividad, trabajamos la psicomotricidad fina.
Los niños del Elefante Samba y del Triciclo Kiko lo han pasado genial jugando con esta arena.
¡Anda, qué buena idea! Me la apunto…