La visión de los niños evoluciona y se desarrolla desde su nacimiento, igual que otras habilidades como por ejemplo las motoras. Cuando nacen no ven de forma nítida, su visión es borrosa; hasta el año no ven como los adultos, discriminando todo lo que les rodea.
Perseguimos con esta actividad que los niños exploren, manipulen, y lo más importante observen a través de los platos y ver lo que sucede «cambia de color».
Fomentaremos el desarrollo visual, la percepción, la coordinación motriz, la concentración… pero sobre todo la exploración y el «factor sorpresa» que es lo más enriquecedor en estas edades.