A los niños de 2 años les encanta jugar con la espuma de afeitar. Como ya son mayores, saben que no se la pueden comer.
La ponemos en unos espejos sobre la mesa y juegan a extenderla con un dedo, hacer caminos, frotarla con todos los dedos, también pueden aplaudir y, entonces, salpica mucho en el aire y se divierten mucho.
Además se limpia muy fácilmente.