Los niños mayores, después de ver la actuación del Mago Civi- Civiac, también quisimos hacer magia.
En la mesa, forrada con film, pintamos con rotuladores, haciendo muchas, muchas rayas.
Las “profes” echaron un agua mágica que hacía que lo pintado se viera mucho más.
Cogimos un folio que tenía unas rosas dibujadas y lo pusimos encima de las rayas pintadas.
Y…¡abracadabra, pata de cabra!… ¡Magia! Aparecieron las flores pintadas.
Nos gustó mucho, fue muy divertido y no nos cansamos de pintar.